El Derecho a la Identidad ha sido vulnerado en muchísimos ciudadanos, mayormente por una costumbre social que sostenía que un bebé antes que ser institucionalizado era mejor para él entregarlo directamente a un matrimonio que lo solicitara, envolviéndolo en el manto de mentiras e ilegalidad que esto significaba.
Hoy, en el siglo XXI sabemos perfectamente que eso no es así, que el daño es enorme, que no se puede vivir en la mentira.
La Constitución Nacional contempla este Derecho y ordena al Estado ocuparse no solo de los casos de lesa humanidad.
Hoy, algunos organismos estatales pretenden solucionar este grave problema judicializando algunos casos con el tiempo que lleva y lo poco efectivo que es. Y lo saben. Hasta ahora se ha logrado condenar a alguna partera pero ¿eso buscamos? ¿No queremos llegar a nuestra Verdad?
Judicializar no es la solución, y lo saben. Quizás pueda interpretarse como una manera de neutralizar los reclamos, que no molestemos más. Hay pruebas de que se puede buscar sin recurrir a la justicia. Solo es cuestión de ponerse a trabajar.
El Programa Provincial Reencuentros, en la provincia de Buenos Aires, que el gobernador Scioli dejó sin efecto al asumir, demostraba que se puede. Ya bastante pasamos quienes estamos en esta situación como para buscar enfrentando a nuestras familias de crianza, que los cite un juez, toda la fría burocracia judicial que genera prejuzgamiento cuando estamos ante situaciones de la vida que cada uno manejó como pudo.
Hace 30, 40 o 50 años atrás las cosas eran muy distintas. Hay excepciones, claro, pero en general, se trata de la Vida. No nos tienen que restituir a nadie, no buscamos condenar, solo llegar a nuestra Verdad.
Y esto puede hacerlo el Estado, debe hacerlo. Hay muchos temas importantes que poner en Agenda, y en tiempos electorales adquieren especial preocupación pero éste también merece su lugar.
Necesitamos que dejen de invisibilizarnos. Pasamos una década de reclamos y 4 proyectos de ley en el Congreso frenados por el partido oficialista. Tenemos toda nuestra documentación con datos falsos; no puede en el siglo XXI haber ciudadanos que desconozcan su Verdadera Identidad de Origen.
Se pueden hacer las cosas bien, sin enfrentamientos, sin prejuzgar, con confidencialidad y respeto.
Recuperemos los Valores. ¡Recuperemos los DDHH !
Graciela Palma Arizaga (ciudadana sin identidad) – DNI (con datos falsos) 16.496.527 – palmagraciela@gmail.com